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Arquitectos: OE Arkitektura, Sara Elizagarte
- Área: 75 m²
- Año: 2022
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Fotografías:Biderbost Photo
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Proveedores: Cosentino, &Tradition, Cocinas Mydo , Ikea, Leds-C4, Miguel Fernández-Galiano, Ondarreta, T+2 Sofás, Takt Cph
Descripción enviada por el equipo del proyecto. Ubicado en el centro de Vitoria, OLG5O es una antigua clínica dental reconvertida en una vivienda para una pareja. La forma, la terraza y la luminosidad fueron clave a la hora de desarrollar este hogar funcional que huye de una reforma convencional. El estado original del piso no era otro que el que se puede esperar de una clínica: pasillo y muchas particiones que se tiraron abajo hasta quedar con un espacio diáfano. Un espacio que supuso todo un reto ya que, si bien una planta rectangular es muy agradecida a la hora de distribuir, había que albergar todas las estancias evitando nuevas particiones y así aprovechar toda la luz que entraba.
Después del confinamiento, las propietarias lo tenían claro, querían una casa con zona exterior, así que la distribución se hizo mirando hacia la terraza, como si del mar se tratase. De ahí, que las zonas comunes donde más vida se iba a hacer fueran una continuación del exterior, mientras que la otra mitad de la casa la ocupaban las dos habitaciones y los dos baños.
El recorrido por la casa es intuitivo y práctico, pero lejos de una reforma al uso. Esto lo conseguimos gracias a una estudiada planta que permitía encajar todas las zonas y a la elección de los elementos que ayudan a que éstas encajen. Buen ejemplo de ello es el mueble central en madera, que cumple tanto la característica de separar espacios como de dar continuación a la vivienda. Un mueble multifuncional ya que en un mismo elemento tenemos separador, armario, perchero, estantería y paso; además de albergar una puerta oculta. Fue una de las primeras ideas a la hora de diseñar el proyecto, había que dotar de permeabilidad al recibidor de la vivienda, evitando encontrarte una pared nada más abrir la puerta de casa.
Siguiendo el código del mueble central, se diseñó la cocina que había que proyectar como un elemento más del espacio central puesto que iba a estar siempre a la vista. Está estudiada para que sea tan acogedora como un salón, pero sin dejar de lado el hecho de que todos los elementos deben estar organizados para que este espacio sea práctico para el día a día. Los materiales se eligieron teniendo en cuenta el espacio diáfano que teníamos en la zona central. De ahí que el suelo fuera continuo, de un microcemento gris que evita cortes en un espacio donde se huye de las particiones. De la misma manera, se sacó el mayor partido de la luz que entra de la terraza pintando techos y paredes en blanco, con un alicatado del mismo color en la pared de la cocina. Como contrapunto al aspecto frío del suelo y las paredes blancas, está la madera de haya de los muebles. Elementos de primera calidad hechos a medida de hoja natural que aportan el toque de calidez digno de una vivienda.
La paleta de colores no es otra que una continuación del discurso funcional y atípico que buscamos. Se jugó con golpes de color que funcionaran bien entre sí evitando convertir la casa en una amalgama de colores. De ahí el conjunto oscuro del comedor vigilado por la fotografía de Miguel Fernández-Galiano, a mitad de camino entre los textiles tierra del salón y el foco verde de la cocina. La elección de mobiliario también es parte de la particularidad de este proyecto, donde piezas de diseñadores como Fabricius & Kastholm conviven con muebles de Ondarreta o Takt CPH. El baño de invitados, aun siendo una estancia cerrada, está en constante conexión con el salón, ya que se accede a través del elemento central de madera. Es la razón por la que se intentó buscar esa continuación unificando materiales y colores, siendo tanto las paredes como la encimera de un gresite gris que continua a través de la melamina del armario.
El toque de color lo proporciona inequívocamente el lavabo de encimera rosa. Toda esta elección de materiales y colores también se representa en la habitación con baño en suite. Si bien la estancia en estas zonas iba a ser menor, debían de gozar de la misma armonía que el resto de zonas, por lo que jugamos con una paleta de colores tanto en paredes como en mobiliario que hiciera de este espacio un remanso de paz y descanso.
Además, distribuir este baño fue todo un proceso culpa de un pilar que nos hizo desestimar varias opciones hasta dar con la idónea en cuanto a usabilidad y estética. Lo que llevó a un espacio pequeño, pero donde todos los huecos se aprovechaban, buen ejemplo es el armario para toallas ubicado dentro de la ducha. El hecho de tener tantos recovecos supuso que el alicatado se hiciera con especial mimo, cuadrando cada azulejo con cada nicho y tabique. Diseñar y ejecutar este espacio fue todo un proceso de encaje de piezas, donde la confianza y el atrevimiento de las propietarias fue clave para conseguir una vivienda acogedora, atemporal y de máxima calidad.